Lo sé, lo sé, la palabra disciplina no te llama la atención. De hecho, a mí tampoco me gusta mucho, pero ¿qué tal si te dijera que es la clave para obtener mejores resultados?
Muchas veces, pensamos que la motivación es el ingrediente clave, y en cierto modo es así, porque nos impulsa a alcanzar nuestros objetivos. Pero, ¿qué sucede cuando la motivación se esfuma?
En ese momento es cuando la disciplina entra en acción para darte el empujón que necesitas para hacer lo que no quieres hacer, con el objetivo de ver los resultados que deseas alcanzar.
En primera instancia debes saber que nadie nace disciplinado, lo cual es una buena noticia, porque quiere decir que es un comportamiento que podemos ir aprendiendo.
Pero, de la misma forma que con cualquier otra habilidad que quieras dominar, requiere de una práctica diaria y repetitiva.
1. Escribe tu meta:
La clave está en enfocarnos en el resultado que realmente deseamos alcanzar. En este sentido, la clave de la disciplina está en el establecimiento de objetivos.
Por tanto, para lograr con éxito una meta, debemos ser específicos.
Por ejemplo: Perderé 10 libras para el 31 de diciembre. Usaré este ejemplo para el resto de la publicación para que puedas ver cómo se relacionan los pasos.
2. Enumera tus razones o motivos
Esta es a menudo la pieza que falta tanto en el establecimiento de metas como en la disciplina. Tienes que preguntarte: ¿Por qué es importante este objetivo? Entre más razones tengas, más motivado estarás.
Por ejemplo:
- Quiero más energía
- Quiero bajar mi colesterol
- Quiero lucir mejor
- Quiero ser un buen ejemplo para mi familia
3. Desarrolla nuevos hábitos
Aquí es donde debes concentrarte. ¿Cuáles son los nuevos comportamientos positivos que desea desarrollar para reemplazar los viejos hábitos negativos?
Por ejemplo:
- Beberé dos litros de agua al día
- Haré ejercicios 5 veces a la semana
- Comeré pescado o pollo, en lugar de carne de res.
4. Identifica los posibles obstáculos
Tan pronto como comiences a nadar contra la corriente, empezarás a sentir resistencia. Por eso debes anticipar estos obstáculos y desarrollar estrategias para superarlos.
Los psicólogos usan una técnica llamada “intención de implementación” para elevar la fuerza de voluntad. Por un momento, imagina que intentas comer más sano, pero te diriges a un cumpleaños en donde se servirá mucha comida.
Para no fallar en tu buena rutina, debes anticiparte y crear tu plan B. Antes de llegar a la fiesta, dile a tu mente que en lugar de dirigirte a la mesa de los postres, vas a beber un vaso de agua y te enfocarás en socializar.
Llegar con un plan te ayudará a prepararte mentalmente para tener el control de la situación; en vez de tomar una decisión repentina basada en tus emociones.
5. Manténte enfocado
Lee tus metas a diario, revisa tus razones o motivaciones, trabaja en tus nuevos hábitos y anticipa los obstáculos que pueden surgir.
Si te descarrilas, no te rindas. Es de humanos fallar. La calve está en levantarnos y volver a fijar la vista en el objetivo que deseamos alcanzar.
La disciplina no se trata tanto de la fuerza de voluntad como de centrarse en lo que realmente quieres. Si tienes claro eso, todo lo demás será mucho más fácil.
¿Te gustaron estos tips? ¡Espero que sí! Gracias anticipadas por compartir este artículo con tus amigos.